Un paseo familiar por los orígenes de la ciudad

¿Alguna vez os habéis parado a pensar cómo y dónde nació la ciudad de Salamanca? No, no es la Plaza Mayor ni los alrededores de las Catedrales…Desde Menuda es Salamanca os contamos cómo podéis descubrir este secreto, pasear por esos lares y revivir parte de la historia.

Hace casi 3000 años, un poblado de la Edad del Hierro se asentaba sobre lo que hoy conocemos como el Cerro de San Vicente, junto a la Vaguada de la Palma. Se trata de uno de los lugares con las mejores vistas de la ciudad y también con muchas curiosidades que contar. Solo hay que echarle un poco de imaginación y trasladarse hasta la prehistoria para saber cómo podían vivir los primeros pobladores de la zona. Pero para hacerlo más fácil y entretenido, Turismo de Salamanca se ha encargado de organizar unas visitas guiadas a este espacio durante los fines de semana, que no dejarán indiferente a nadie. 

Salamanca surgió en esa aldea del cerro, en la ribera del Tormes. Con el paso del tiempo, la mayoría de sus habitantes y ante la falta de espacio en el emplazamiento original, se trasladaron al vecino Teso de las Catedrales y construyeron el renombrado «castro de Salmantica», lo que es la base de la ciudad histórica en la actualidad, de manera que este enclave original se convirtió en un barrio adyacente que ha ido cambiando con los años.

Entradas gratuitas

A través de la página web de Turismo se pueden adquirir las invitaciones online de forma gratuita, para que niños y mayores puedan disfrutar de esta interesante experiencia. Durante aproximadamente una hora y media, una guía turística acompaña a los visitantes en este recorrido apto para todos los públicos, al que incluso se puede acceder con carritos de bebés o sillas infantiles. Salvo un pequeño tramo del camino, quizá un poco pedregoso, el resto de la vía se puede recorrer sin ningún problema y con todas las medidas de seguridad oportunas.

Además, para los días de sol, también hay algunas zonas de sombra en las que hacer una parada mientras la guía cuenta esta emocionante historia, hasta llegar al yacimiento arqueológico, que está bajo techo. Un paseo que no se hace largo ni cansado para los más pequeños, por lo que en familia o con amigos, se puede visitar y recorrer sin problema.

El yacimiento arqueológico

En el interior del yacimiento se puede observar una amplia secuencia arqueológica que muestra los restos más interesantes de las excavaciones arqueológicas realizadas hasta el momento. A pesar de no contar con información escrita, de datos o algún nombre relevante, ya que en esa época aún no existía la escritura como medio de expresión, los estudios demuestran cómo eran esas viviendas o cómo se organizaban los barrios en torno a las “plazas”. Y es que también en esa época celebraban festejos o recibían a invitados. 

Una pasarela recorre el yacimiento y a ambos lados se distribuyen los restos de lo que fue el origen de Salamanca. En este interesante recorrido también se explica cómo estaban organizados los barrios que llenaban los pobladores y que vivían de la agricultura, la ganadería e incluso de alguna actividad de comercio con el exterior. 

Entre las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo, se pueden observar los restos de materiales y estructuras como las casas hechas de adobe y orientadas hacia el sureste en busca del sol para calentarse. La mayor parte de estas estructuras poseen características comunes a las del resto de poblados, como es la planta circular, junto a las pequeñas construcciones como silos, graneros y hornos.

Asimismo, tal y como relatan las guías, con el tiempo se han descubierto restos muy interesantes en la zona que nos permiten conocer más detalles de los antepasados que habitaron este asentamiento, desde huesos de animales, restos de orfebrería y… ¡atención, gente menuda! ¡aquí se descubrió hasta un diente de tiburón! Este hallazgo es considerado como un tesoro, a través del que se explica la actividad comercial y los contactos con el sureste peninsular, que podían mantener esos primeros pobladores de Salamanca. Pero no vamos a desvelar más secretos, para que podáis descubrir todo esto y más en una de las visitas.

Vistas privilegiadas

Familias, niños y mayores, si queréis conocer de cerca más detalles de la historia de la ciudad, desde Menuda es Salamanca os animamos a no dejar pasar la oportunidad de adquirir las entradas gratuitas para los pases del fin de semana. Los sábados y domingos se podrá acceder al Cerro desde el Corralón de San Vicente, en dos turnos, a las 11 horas y a las 12.30 horas. Además, en el antiguo edificio del monasterio benedictino de San Vicente, que se encuentra en este enclave, también es posible recorrer las distintas etapas de la evolución del yacimiento, desde la protohistoria hasta la actualidad. 

Antes de finalizar, para completar la visita, nadie se puede ir sin disfrutar de una perspectiva única del perfil de Salamanca desde lo alto del Cerro. Sin duda, estos miradores regalan unas de las mejores instantáneas que los visitantes se pueden llevar en el recuerdo de lo que fue el origen de la ciudad charra. Un buen plan en familia para descubrir nuestra historia.